Madre Costarricense responde a articulo en La Nación acerca de su decision de Dar a Luz en Casa

Comparto este correo que escribí a la periodista de La Nación, Angela Avalos, como respuesta al artículo de parto en casa, publicado el domingo.

Estimada Angela, 

La semana pasada, cuando usted me llamó, para pedir mi colaboración con el artículo, al que usted se refirió como un reportaje completo, sobre los partos en el hogar, me entusiasmó la idea de que se conociera esta alternativa, que lo que promueve es la investigación, el empoderamiento y la concientización de la maternidad en las mujeres, ya que vivimos en un mundo donde todo se ha sistematizado tanto, que hemos dejado de lado lo esencial y lo humano.

Me llevé una sorpresa muy grande cuando leí el titular del periódico el domingo en la mañana, «Moda de partos en casa, crece sin control» y más aún, cuándo empecé a leer el artículo.

Me sorprendió que su reporte iniciara con la historia de una mujer anónima que no se sometió al control prenatal y no entendí por qué lo relacionó con nuestra experiencia.

Siento que el texto tiene una redacción confusa y mal intencionada, carente de datos certeros y estadísticas. 
Me parece pretencioso hablar de datos de mortalidad infantil y relacionarlo con los partos en el hogar; así como asociar el hecho de no recibir atención prenatal o no inscribir a los niños en el registro civil. 

Me sentí ofendida al ser tachada indirectamente de irresponsable, negligente, rebelde y desinteresada.

Las mujeres que elegimos el parto en casa, somos seres humanos críticos, pensantes, inteligentes, que analizamos con cautela, que investigamos y nos preparamos exhaustivamente. 
Amamos tanto a nuestros hijos que queremos recibirlos de la mejor manera posible. Jamás haríamos algo que los pusiera en peligro y atentara contra su vida.

El parto en casa requiere una preparación física y mental, muy grande, si es posible aún antes del embarazo, e implica un control prenatal estricto.

Al igual que usted, yo hice una investigación vasta sobre el tema en cuestión, usted para su reportaje, yo porque tenía que tomar una decisión que afectaba directamente la vida de mi hijo y la mía.

Puedo probar con estudios científicos validados, recomendaciones de la OMS y Obstetricia basada en evidencias, que los partos fisiológicos con la menor intervención posible, son la mejor opción cuando el embarazo ha transcurrido de manera normal.

Las personas que atienden partos en los hogares no están a la libre, como menciona el artículo.

Las personas que atienden partos en los hogares no están a la libre, como menciona el artículo, son profesionales debidamente inscritos, con mucha experiencia, y sus honorarios son mucho menores a las ostentosas sumas que cita su reporte sin mencionar ninguna fuente; haciendo entender que hay un negocio ilegal detrás de esta «moda».

¿Moda? No, no es una moda, es el grito desesperado de muchísimas mujeres y niños que han sido víctimas de violencia, suena trillado y no lo digo por repetir el discurso feminista, pero es que no podemos seguir aceptando la violencia nuestra de cada día como si fuera necesaria y normal.

Respeto y valoro el esfuerzo del país para construir una institución tan grande como la CCSS, que ha logrado obtener cifras de país desarrollado en el ámbito de la salud, y sé que la gran mayoría de sus empleados son profesionales valiosos. En el caso de la obstetricia hemos estado inmersos en teorías y prácticas del siglo pasado, que han ido evolucionando y ya se respiran vientos de cambio, mucho mérito lo tiene toda esta ola de información y empoderamiento femenino.

Las mujeres involucradas y conscientes, que tienen partos humanizados, son capaces de tomar mejores decisiones con respecto a crianza y desarrollo, sus hijos crecen en ambientes más seguros y confiados. Se reduce la violencia intrafamiliar, se crean lazos de unión entre todos los miembros e impacta a la sociedad positivamente.

Me hubiera gustado que su reportaje invitara a la crítica constructiva, a la investigación, al empoderamiento de las mujeres, a conocer nuestros cuerpos, y no a deslegitimizar la lucha que hemos ido construyendo muchas mujeres y hombres a lo largo de los años.

La información es poder.

Yaliam González 

Mayo 2016