Hannia durante su embarazoCuando decidimos tener nuestro primer hijo en casa pensamos en la tranquilidad, la espiritualidad, la felicidad y el amor que podríamos experimentar al recibir a Sebastián, y que de este modo, todo esto sería percibido y experimentado por nuestro angelito.
Pese a lo mucho que pensamos que lo disfrutaríamos, no entendimos lo que esto significa para un hogar hasta que sucedió. En ese cuarto había tanto amor e ilusión que todos queríamos llorar de felicidad y agradecimiento a Dios.
No hay otra forma de describir el parto en casa, es la mejor, más íntima y profunda experiencia que puede vivir una familia.